PONER A DIOS PRIMERO

Ezequiel 20:40 dice que debemos traer al Señor nuestras primicias, la más escogida selección de todas nuestras ofrendas. Para estar en perfecta paz, debemos dar a Dios lo mejor de nuestro tiempo y nuestros bienes. Debemos ser sinceros con nosotros mismos sobre cuales son realmente nuestras prioridades y comenzar a hacer cambios que nos permitan mantener a Dios en el primer lugar. 

Estar demasiado ocupado no es una excusa aceptable para no mantenernos enfocados en lo que es realmente importante. Todos hacen sus propios programas y agendas. Debemos establecer límites, y aprender a decir no cuando las personas nos piden que hagamos algo que nos aleja de la paz.
Sea sincero consigo mismo cuando examine como utiliza su tiempo. No le dé a Dios las sobras; no le de la parte del día en que este agotado y no puede pensar o mantener sus ojos abiertos. De a Dios las primicias de su atención. Dele a Él la mejor parte del día.

Dios debe ser su prioridad en todo lo que usted haga. Desde vestirse hasta armar su agenda de actividades. Puede recibir la sabiduría de Dios para tomar decisiones que lo glorifiquen. Puede entretejer su tiempo con Dios en todo lo que haga, a tal grado que puede orar sin cesar, orando a lo largo del día. Cuando se vuelva consciente de la presencia divina, no le será posible separar las actividades seculares a las sagradas. Uno de los acontecimientos comunes se convertirá en sagrado porque El está involucrado en ellos. Puede hablar con Dios mientras transcurre el día, recibiendo direccion en las decisiones que tiene que tomar y las tareas que debe realizar. 

Cuando reconozca que Dios está siempre con usted, lo mantendrá en primer lugar en todo lo que se dispone a hacer, y El le mostrara un camino que lo conduce directamente a la paz. Experimentara gran placer en su vida, sabiendo que mantiene a Dios en primer lugar, y por eso comparte con El todo cuanto hace.

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