Buscar la Precencia de Dios, no sus presentes


Los israelitas dieron vueltas y vueltas por el desierto, pasando por los mismos apuros una y otra vez. Dios dijo que permitió esto para enseñarles la verdad de Deuteronomio 8:3: el hombre no vive solamente de pan (las cosas munndanas) sino de cada palabra que sale de la boca de Dios (sus promesas). Dios satisfizo sus necesidades basicas en el desierto, pero faltaba mucho para que todos sus deseos fueran cumplidos. Dios quería que ellos tuvieran una vida abundante, pero primero tuvieron que aprender a obedecerlo y confiar en El en todo tiempo.

Dios quiere enseñarnos que nuestra verdadera vida esta en El, no en algo que el mundo tiene para ofrecernos. Sería grandioso si bastara con que El nos dijera la verdad y nosotros pudieramos creerla, dar las espaldas al mundo, y confiar totalmente en El. Pero no ocurre así. Dios trata con nosotros, y nos permite cometer errores y así podamos aprender por la experiencia, que hacer las cosas a su manera es la mejor manera. El quiere bendecirnos con los deseos de nuestro corazón, pero exige el primer lugar en nuestra vida.


Hay una línea fina entre servir a Dios por lo que El puede hacer por nosotros y servirle por quien El es. Podemos fácilmente engañarnos buscando su mano (sus presentes), en vez de buscar su rostro (su presencia) en nuestras vidas. Es necesario que busquemos primero el reino de Dios y su justicia (como opera) y luego todas las cosas nos serán añadidas (Mateo 6:33).

¿Está en un Valle? ¡Adore a Dios! ¿Está en la cima de la montaña? ¡Alabe a Dios! ¿Todas su necesidades están cubiertas? ¡Adore a Dios! ¿Tiene carencia? ¡Adore a Dios! 
Cuando todas las cosas llegan a ser lo mismo para usted a la luz de su gloria, El es libre para darle todas las cosas. Busque su presencia , no sus presentes. Mantenga a Dios en primer lugar de su vida y se asombrara de lo que El hará por usted

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