ES MÁS BIENAVENTURADO DAR QUE RECIBIR



En la Biblia se habla varias veces acerca de la prosperidad. Estos son algunos de mis pasajes favoritos sobre este tema:

  • “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:1,30)
  • “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada” (Proverbios 13:4)
  • Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2)

Como puedes ver en estos pasajes, la prosperidad de nuestras vidas está conectada a ciertas decisiones, tales como apartarse de los malos consejos, ser diligente y buscar crecer espiritualmente, entre otras. Una de esas decisiones, es, de hecho, el ser generoso. 

Mira lo que dice este proverbio: “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado” (Proverbios 11:25). Fíjate en lo que dice:

  • El que es generoso ahora, será prosperado en algún momento. Tenemos esta promesa de bendición.
  • Y además, el que sacia y bendice a los demás de la mejor manera posible, él también será saciado y bendecido. No será un poco bendecido, sino que será “saciado”, como cuando tienes sed y bebes agua hasta saciarte.

Sí, hermano, tu generosidad atrae la prosperidad. Y no solo la prosperidad económica, sino la prosperidad en todas las áreas de nuestra vida, hasta saciarnos. En mi vida he podido experimentar esto muchas veces: de hecho, gran parte de las cosas que he hecho a lo largo de mi vida por amor a los demás me han abierto puertas increíbles.

Piensa en este día de qué manera podrías bendecir a alguien a través de tu generosidad, y déjate usar por Dios. ¡Esto dará un fruto tan precioso, tanto en tu vida como en la de los demás!

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