¿Qué estás engendrando en tu vida?
El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia
Pastor Asociada Mireya San
¿Qué estás engendrando en tu vida?
Todo lo que oyes, todo lo que permites entrar por tus oídos, tiene el poder de engendrar algo dentro de ti: fe o duda, paz o temor, obediencia o rebeldía. Por eso Jesús dijo:
“Mirad, pues, cómo oís.” (Lucas 8:18)
Oír no es algo superficial. Es una acción espiritual. Lo que escuchas puede determinar el fruto que produces. Así como un bebé en el vientre desarrolla primero el oído, el alma también empieza a formarse espiritualmente por lo que oye.
Oír con actitud correcta
Hebreos dice que muchos escucharon la buena Palabra, pero no les aprovechó, porque no la oyeron con fe ni con buena disposición (Hebreos 4:2). Cuando escuchas con indiferencia o con resistencia, engendras mal.
El que oye con el corazón endurecido produce desobediencia, y el que escucha con humildad produce vida. La Escritura dice:
“Se han hecho tardos para oír.” (Hebreos 5:11)
Dios siembra su semilla —su Palabra, su “esperma divino”— en el corazón de los que escuchan con atención (Mateo 13:3). Pero solo los que la reciben con fe ven fruto.
Mira lo que hay en tus manos
Proverbios dice:
“Larga vida hay en su mano derecha, y en su izquierda, riquezas y honra.” (Proverbios 3:16)
Dios te da manos para construir, no para destruir. Cuando las llenas de enojo, envidia o rencor, terminas engendrando mal. Mira tus manos: ¿qué estás produciendo? ¿Bendición o destrucción?
Muchos hogares pierden la unidad porque han engendrado lo incorrecto: palabras duras, falta de respeto y orgullo. Pero el salmista declara:
“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía.” (Salmos 133:1)
Engendra respeto y paz
En una generación donde los hijos desafían a los padres y la honra se ha perdido, el Señor recuerda su mandamiento eterno:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra.” (Éxodo 20:12)
Cuando honras, estás engendrando respeto, y el respeto trae paz. Oír inteligentemente —oír con discernimiento espiritual— engendra armonía.
Donde hay guerra, hay dolor. Pero donde hay paz, hay sanidad. Jesús dijo:
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.” (Juan 14:27)
La paz del mundo es superficial y pasajera, pero la paz de Dios es real, profunda y duradera. Es la paz que restaura familias, sana heridas y transforma corazones.
Inclina tu oído para engendrar bien
Todo lo que entra por tu oído se convierte en semilla. Si escuchas la voz del Espíritu Santo, engendrarás vida. Si escuchas voces de engaño, engendrarás destrucción.
Inclina tu oído hacia la Palabra, porque ahí está la verdadera semilla de Dios. Él te llama a producir frutos de amor, respeto, armonía y fe.
Cristo viene ya
Cristo viene ya. Es tiempo de examinar lo que estás oyendo, lo que estás creyendo y lo que estás engendrando. No dejes que el ruido del mundo apague la voz de Dios.
“Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo.” (2 Timoteo 2:7)
👉 Hoy es el día para cuidar lo que escuchas, sembrar lo correcto y engendrar paz, amor y vida en todo lo que haces. Inclina tu oído a Dios, y verás cómo su semilla produce bendición en tu casa.
El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia (11/Nov/25)
¿Qué engendras? Se tiene que cuidar cómo oír. Oír es la cosa más importante. Un bebé, en el vientre, lo primero en desarrollarse es el oído. “Mirad, pues, cómo oís.” (Lucas 8:18).
No les aprovechó la buena Palabra porque no oyeron; lo hicieron de mala gana (Hebreos 4:2). No tener buena actitud llevará a engendrar mal. Se han hecho sordos para oír (Hebreos 5:1).
La Palabra es la semilla de Dios (esperma) (Mateo 13:3). “Larga vida hay en su mano derecha, y en su izquierda, riquezas y honra.” (Proverbios 3:16). No busques llenar tus manos con destrucción para que no engendres mal. Mira tus manos y produce bien.
No hay unidad en los hogares por engendrar mal (Salmos 133:1-3). Es bueno habitar juntos en armonía, engendrar respeto, porque hay límites que no se pueden quitar. Los hijos faltan el respeto a sus padres, y esto trae violencia e insultos. “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Éxodo 20:12).
Oír inteligentemente engendra paz, y eso es armonía. Hay mucho dolor cuando hay guerra, porque es lo contrario a la paz. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.” (Juan 14:27).
La paz del mundo engendra pleito, porque es una paz falsa. La paz de Dios engendra paz duradera. Inclina tu oído para que engendres bien.
Cristo viene ya. Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo (2 Timoteo 2:7).
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