¿Sabías Qué? 

Hay una diferencia entre una conciencia de pecado y una conciencia de Dios.



 Juan 16:7-11 nos dice que el Espíritu Santo habla a nuestra conciencia y nos convence de pecado y justicia. Su convicción tiene el propósito de hacer que nos arrepintamos, que significa que demos vuelta y tomemos la dirección opuesta a la anterior, en lugar de la incorrecta en la que íbamos.

Entender que la convicción es diferente de la condenación puede llevar algo de tiempo. Erróneamente, muchos hijos de Dios se condenan a si mismos cada vez que el Espíritu Santo los exhortaba por algo de su vida que no esta en la voluntad de Dios. La convicción de Dios tiene el propósito de levantarnos de algo, de ayudarnos a movernos a un lugar más alto en la voluntad de Dios y su plan para nuestra vida. La condenación, por otro lado, nos oprime y nos coloca bajo una carga de culpa demasiado pesada. 
Es normal sentirse culpable al principio cuando recién se nos convence de pecado; pero seguir sintiéndonos culpables después de que nos hemos arrepentido del pecado no es saludable, y tampoco es la voluntad de Dios.
Si usted ya cambio de rumbo no pierda su tiempo en ser condenado por satanas, usted es libre para vivir la vida abundante que Dios quiere que tengamos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?