Nunca dejes de orar
“Nunca deje de orar”
Como hijos de Dios, nos enfrentamos diariamente a un sinfín de situaciones donde tenemos dos opciones: darnos por vencidos o continuar en fe. Muchos, lamentablemente, se dan por vencidos en su oración porque no vieron con prontitud las respuestas a aquello en lo que están creyendo.
Cuando nos damos por vencidos, estamos retrocediendo a donde Dios ya nos había ayudado a salir. Sí, pensemos por un momento en el proceso por el que pasamos para poder llegar hasta donde nos encontramos en este momento. ¿Es demasiado, cierto? No es que Dios no responda a nuestras oraciones, sino que nosotros no entendemos verdaderamente el proceso de siembra = tiempo = cosecha. Orar no se trata de recitar palabras lindas ni de decir en voz alta un versículo que apenas recordamos; la oración es un estilo de vida, y mantenerlo cuesta.
Después de saber esto, ¿por qué dejar de orar? ¿Por qué darnos por vencidos en la oración? Aunque la respuesta tarde en llegar, ¿no se goza de saber que Dios está ahí con usted? La respuesta puede tardar, pero Dios siempre está presente con cada uno de nosotros… y todos podemos testificar de eso.
¿Qué dice la Palabra sobre la oración?
“Sé persistente y dedicado a la oración, estando alerta y centrado en tu vida de oración con una actitud de acción de gracias.” (Colosenses 4:2 AMP). Sé persistente… El Señor nos anima y nos exhorta a no desanimarnos por nada, y a ser constantes en nuestra oración y en nuestra confesión de fe, manteniendo una actitud de agradecimiento. ¡Qué bueno es el Señor!¿Qué podemos hacer mientras esperamos?
Seguir orando, seguir confesando y seguir confiando. Fiel es el que prometió cumplir sus promesas. El único trabajo que usted y yo tenemos en este momento es esperar.
“…porque Aquel que prometió es fiable y digno de confianza y fiel [a Su palabra].” (Hebreos 10:23)
Yirel P. Salinas.
Comentarios
Publicar un comentario