Tengo Sed: El Clamor de Jesús que Sigue Saciando Almas
El Que Tiene Oidos Para Oir, Oiga Lo Que el Espíritu Santo dice a La Iglesia
“Tengo sed”, dijo Jesús en la cruz.
– Juan 19:28
Jesús no solo expresó un dolor físico. En esas palabras había un grito profundo del alma, un eco que resuena hasta hoy. Su sed no era de agua natural, sino del cumplimiento del propósito eterno: redimir, restaurar, salvar.
💧 Sed Espiritual: El Agua que Jesús Da
La sed se sacia con agua, pero no cualquier agua.
Jesús hablaba de algo más grande. Una necesidad más profunda.
Él hablaba del agua que da vida eterna: esa que fluye cuando el ser humano reconoce que Jesús es el Hijo de Dios.
“Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.”
– Marcos 15:39
Con su sacrificio, Jesús derramó agua sobre el sequedal.
Sobre corazones áridos, sobre vidas que vagaban sin dirección.
Lo anunció el profeta Isaías siglos antes:
“Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida…”
– Isaías 44:3-4
🍇 Vinagre por Agua Dulce
En la cruz, Jesús recibió vinagre para beber (Juan 19:29).
Un trago agrio. Una injusticia amarga.
Pero Él lo cambió por agua dulce para ti.
Por amor eterno, tomó lo amargo para darte lo más dulce.
Lo hizo para prolongar el tiempo de gracia… para darte oportunidad de oír.
👂 Escuchar es Beber
“La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
– Romanos 10:17
Por el oído también se bebe agua.
Cuando escuchas lo que el Espíritu Santo dice a tu corazón, la fuente comienza a fluir.
Y esa fuente transforma el desierto en jardín.
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás…”
– Juan 4:14
🌵 ¿Tu Vida Parece un Desierto?
¿Cuántas veces has sentido que tu vida no tiene sentido?
¿Cuántas veces abriste tu oído más a la mentira que a la verdad?
Pero hoy, Jesús te recuerda:
Hay una fuente. Hay agua. Hay vida.
Jesús es el Agua Viva.
Él no te ha desamparado, aunque a veces no lo veas.
Él fue desamparado en la cruz para que tú no lo vivas en la tierra.
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
– Mateo 27:46
🛡 Refúgiate en Su Sacrificio
En la cruz, Jesús declaró:
“No están solos si vienen a mí.”
Él es la Roca de donde brota el agua.
De esa Roca mana lo que tu alma necesita.
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
– Juan 8:32
🙏 Conclusión: Escucha la Voz del Espíritu
La invitación sigue en pie.
El que tiene oídos… oiga.
El que tiene sed… beba.
“Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.”
– 2 Timoteo 2:7
Cristo viene.
Su amor sigue fluyendo.
¿Tienes sed?
Ven a la Fuente.
📅 07 de abril de 2025
✍️ Reflexión inspirada por la Palabra de Dios - Pastor Asociada Mireya San
"Tengo sed", dijo Jesús en la cruz. — Juan 19:28
La sed es una necesidad que se soluciona con agua, y hoy Jesús llama la atención sobre esa agua que tantas personas necesitan.
Pero el agua de la que Él habla no es el líquido que tú conoces; es algo mucho más profundo.
Esa "agua" es cuando el hombre cree que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios. — Marcos 15:39
El sacrificio de Jesús derramó agua sobre el sequedal, ríos sobre la tierra árida.
— Isaías 44:3-4
A Jesús le dieron a beber vinagre. Pero por amor, Él te cambió el vinagre (agrio) por agua dulce.
Un amor eterno que ha sido prolongado para que puedas entender lo que hizo por ti.
La solución llega cuando se aprende a oír.
— Romanos 10:17
La fe cree lo que Jesús hizo.
Por el oído bebes el agua. “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua para vida eterna.” — Juan 4:14
¡Esto hizo hasta hoy y para siempre el sacrificio de amor por ti!
¿Cuántas veces has pensado que tu vida es un desierto?
¿Cuántas veces has abierto tu oído a la mentira que tienes en mente —esa que dice que no sabes para qué vives, que no tiene sentido seguir adelante?
¡Ve! Tienes agua que quita la sed del desierto.
Jesús es el Agua Viva para ti, Fuente de Vida.
Ven a tomar; es más dulce que la miel.
Jesús no te ha desamparado. Aunque te veas así, solo(a), no lo estás si bebes de la Roca de donde salta el agua que necesitas.
El sacrificio de Jesús te ampara. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” — Mateo 27:46
En la cruz hubo un desamparado, para que tú no vivas en desamparo aquí en la tierra.
Refúgiate bajo su protección.
Desde la cruz, Jesús decía:
"No están solos si vienen a mí." “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” — Juan 8:32
Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo. — 2 Timoteo 2:7
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