En la biblia podemos encontrar en varios versículos, como el Señor nos encomienda el vivir una vida santa, para ello es importante entender principalmente el significado de la palabra. La palabra santidad se deriva de la palabra santo, la cual significa apartado para un uso especial. Deuteronomio 7:6 Pueblo santo, apartado de Dios para uso especial del Señor.

 Es común escuchar que las personas santas son aquellas con algún don mencionado en la biblia, pero no es así precisamente. Santos somos las personas que Dios ha elegido para pertenecer al cuerpo de Cristo: en Efesios 4:11 dice qué, Dios mismo constituyo a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas a otros pastores y maestros.

 A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y edificación del cuerpo de Cristo. Aquí podemos ver que, a las personas con estos dones, Dios las utiliza como apoyo y guía para hacer crecer a los demás en santidad. Asimismo, la Palabra de Dios nos aclara en muchos versículos nuestro deber de buscar el dar un buen testimonio: 1 Juan 4:17 Así como él es, así somos nosotros en este mundo. Meditando en ello, Jesús era santo, bondadoso e irreprensible, siempre haciendo lo correcto.

Sabemos que en este mundo reina satanás y hay un ambiente retorcido, pero es ahí donde somos especiales como Jesús, teniendo el Espíritu Santo, a quien debemos escuchar para tomar cada decisión que se nos presente en la vida. Por eso como creyentes, nacidos de nuevo, nos es indispensable estudiar la Palabra de Dios y congregarnos constantemente para renovar nuestra alma, para cuando se presenten situaciones adversas, podamos depender del testigo interior y tener esa plena confianza de que Dios nos conduce por el mejor camino. 

Por otro lado, la santidad se trata de estar examinándonos a nosotros mismos. 2 corintios 7:1 Limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. El mismo espíritu dirigido por el Espíritu Santo nos dará a conocer las cosas que debemos dejar de hacer como malas confesiones, hablar en contra de la Palabra de Dios, duda, queja, etc; nos traerá a memoria versículos que hayamos escuchado que contradicen nuestra desobediencia, ejemplo: Proverbios 18:21 La vida y la muerte están en el poder de tu lengua y los que la aman comerán de su fruto. Del mismo modo, el Señor nos puede mencionar amistades de las cuales es necesario alejarse porque están siendo de tropiezo para nuestro crecimiento o caminar espiritual. Debemos estar firmes en su Palabra y quitar todas las piedras del camino, como nos sea posible. Recordemos a Abraham en Génesis 12:1 Vete de tu casa, de tu tierra, de entre tus parientes, de tu padre, a la tierra que yo te mostraré y hare de ti una nación grande y te bendeciré y te engrandeceré.

A veces ignoramos esa voz interior que nos advierte sobre cortar relaciones, pero no estamos viendo todo lo que estamos dejando ir por no dar el paso de obediencia, Dios en su mandato siempre incluye sus planes que son grandes para cada uno de nosotros. En Jeremías 29:11 dice:  yo se los planes que tengo para ustedes, declara el señor, planes de bienestar y no de calamidad. Proverbios 4:1 hijos míos escuchen la corrección de su padre, yo les brindo buenas enseñanzas así que no abandonen mi instrucción.

Es de suma importancia obedecer al consejo de nuestro padre para poder ver manifestada la santidad en cada uno.

Lo que veo, lo que hablo, lo que oigo y lo que hago, va a determinar el destino de nuestras vidas. Si lo enfocamos a los planes de nuestro Señor, tendremos asegurado el camino, ninguna piedra nos hará tropezar. Sin duda todas nuestras decisiones nos llevarán a algún lugar, ya sea para alejarnos o acercarnos a Dios, eso determinara nuestro nivel de santidad, de pureza y madurez para con nuestro padre.

Nuestro Padre nos advierte en Hebreos 12:14, Busquen la santidad sin la cual nadie vera al Señor. 

Maricela Maldonado

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