MINISTERIOS PALABRA DE FE

Para ti, ¿A qué puede parecerse la fe? ¿Cómo la describirías? Mi Pastor Ignacio Hughes  tiene la costumbre de decir que  “la fe es como un interruptor. No hace nada por sí misma, sino que permite que pase la corriente” . Dicho de otra manera, si pongo mi fe en acción, la corriente de Dios pasa. ¡Pero si no aprieto el interruptor, no ocurre nada! La Biblia dice:  “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”  (Mateo 21:22) . ¡Pide con fe! Ten confianza en Dios, y espera un milagro. Su Palabra nos asegura que  “ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”  (1 Juan 5:14) . ¡Él te oye y quiere lo mejor para ti! En este día, sea cual sea el área de tu vida en la que necesites un milagro (sanidad en tu cuerpo, tu trabajo, tus relaciones…), tienes algo que hacer: ¡Aprieta el interruptor de la fe! ¿Cómo? Haciendo una oración y permaneciendo firme en la fe.

 EL QUE TIENE OÍDOS PARA OÍR, OÍGA LO QUE EL ESPÍRITU SANTO DICE A LA IGLESIA ¿Bajo qué árbol descansas? ¿Cuál es la sombra que buscas? Depende del árbol así será tu condición. Hay diferentes tipos de árboles y no todos dan sombra o abrigo. La Palabra de Dios nos habla de varíos árboles que hombres escogieron pensando que iban a estar en una buena sombra que les brindaría seguridad. El rey Saúl escogió sentarse debajo de un árbol de Tamarisco (1 Samuel 22:6) pero no descansó porque estaba amargado, pensando que David había conspirado contra él. ¿Cuántas cosas vienen a tu mente cuándo estas descansando?  Saúl no aprovechó el tiempo a causa de la amargura. La Palabra de Dios dice mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe y por ello muchos sean contaminados (Hebreos 12:15). La amargura contamina a los demás. Saúl hablaba mal de David con su ejercito, veía a David como estorbo por eso lo quería matar. Esa amargura lo

EL QUE TIENE OÍDOS, PARA OÍR. OIGA LO QUE EL ESPÍRITU SANTO DICE A LA IGLESIA. ¿Cómo eres cuándo estas en tu casa? ¿En la iglesia eres diferente? No se puede servir a dos señores porque con uno quedarás mal. ¿Cúal es el comportamiento que ven tus hijos? Podrías estar comportandote mal en la casa o en la iglesia y no te das cuenta que estás afectando mucho a los que te ven. En todo tiempo se muestra lo que eres. " Ningún soldado que quiere agradar a su superior se enreda en los negocios de la vida" . Hoy en estos tiempos hay demasiadas cosas que provocan a ira, desacuerdo y a dar mal ejemplo. Es tiempo de ayudar y cuidar el corazón y pensamiento de tus hijos y lo haces dando un buen ejemplo, tanto en casa como en la iglesia. Si tu comportamiento es malo en casa, y luego te ven en la iglesia con manos levantadas y llamandole "amor" a tu esposa(o), tus hijos se quedan viendo y en su mente piensan; que mentiroso es papá y mamá, no es verdad que así se tratan en casa. Es

  “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”  (1 Juan 2:14) .   Eres fuerte…¡Mucho más fuerte de lo que pensabas! ¿Sabes por qué? ¿Quizá porque tienes un talento particular, una inteligencia fuera de lo normal, o muchos músculos? ¡No! (aunque no dudo de que puedas ser talentoso, inteligente o un excelente deportista… =) Juan nos dice que somos fuertes en la medida en la que la Palabra de Dios mora en nosotros. ¿Cómo puedes hacer para que esta Palabra viva actúe en ti día a día? Aquí tienes algunas ideas que podrán ayudarte Recordando cada día que eres un hijo/hija de  Dios, y que tu Padre busca tu bien. ¡Puedes declarar versículos bíblicos en voz alta, lo cual fortalecerá tu fe!  Cantando alabanzas al Señor, ya sea en casa, en el trabajo, en el bus, en la iglesia, cuando estás ocupado(a) con tus hijos, o mientras reparas tu auto. Meditando en la Palabra de Dios, y escuchando una buena predicación. Le

Estar frente a un muro es algo que nos pasa a todos tarde o temprano. Lo que marca la diferencia es hacia quién miramos cuando esto ocurre. Es en esto en lo que me hizo pensar el testimonio que Tania en Panama: “Mi marido, que estaba buscando un nuevo empleo, recibió finalmente una oferta de trabajo. Esta mañana, sin embargo, le llamaron para hacerle saber que le faltaba uno de los certificados, y que por ese motivo no podían finalmente contratarlo. Su expediente aún así estaba en condiciones de ser examinado por un comité y existía la posibilidad de que fuese aprobado por ellos, pero este proceso podría tomar varias semanas y no era seguro de que fuese a recibir al final la aprobación. Por este motivo habían decidido dejarle fuera del proceso de selección, pues necesitaban a alguien urgentemente para el puesto. Cuando mi marido colgó el teléfono, estaba completamente abatido” Cuando los muros de lo imposible se levantan ante ti, tu corazón puede atormentarse y abatirse, como el del ma

  ¿Te has dado cuenta de cuán ligeras pueden ser muchas veces nuestras palabras? “Sí, prometido, esta semana te lo tengo listo” , nos dice alguien. Finalmente, una nueva semana empieza, y todo sigue igual, nada ha sido hecho. ¿Te ha pasado esto alguna vez? A veces somos también nosotros los que prometemos y no cumplimos nuestros compromisos. ¡Afortunadamente Dios es totalmente diferente de nosotros! Fíjate lo que Él declara en Su Palabra:  “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11) . Puedes tener la seguridad de que sea lo que sea que Dios haya dicho, Él lo hará, cumplirá Su Palabra. Sus palabras no se pierden en el aire, ¡al contrario! Su Palabra es prosperada en aquello para lo que fue enviada, y vuelve a Dios después de haber cumplido plenamente Su voluntad. Es por esto que, aunque en ocasiones tengas dudas, la Biblia te asegura que la Palabra de Dios  “no vuelve a Él

  ¿Conoces esta expresión:  “La hierba es siempre más verde en otro lugar” ? Se emplea cuando uno imagina que siempre es mucho mejor en casa del vecino. No hay más que mirar alrededor: siempre hay personas que tienen más talento, más amigos, más dinero, más de esto y más de lo otro que nosotros. Y así podemos estar días enteros. La comparación tiene por objetivo robarte el gozo y la motivación, hasta que llegues a decir:  “¿Para qué seguir? No valgo para nada” . Y es ahí cuando la comparación ha conseguido su objetivo: robar tu destino. Cuando te paras en el camino y no sigues avanzando, no puedes ver la cosecha abundante ni las cosas que Dios tenía preparada para ti más adelante en el plan perfecto que ideó para ti. No dejes que tu visión perezca bajo la excusa de que eres menos dotado que otra persona, o de que piensas que tu llamado no es tan grande como el de otros. Al contrario, ¡ejercita tus dones, siembra en tu campo! Pasa tiempo con Dios en oración, Él sabrá inspirarte las estr