¡ESTE MURO VA A CAER!




Estar frente a un muro es algo que nos pasa a todos tarde o temprano. Lo que marca la diferencia es hacia quién miramos cuando esto ocurre.

Es en esto en lo que me hizo pensar el testimonio que Tania en Panama:

“Mi marido, que estaba buscando un nuevo empleo, recibió finalmente una oferta de trabajo. Esta mañana, sin embargo, le llamaron para hacerle saber que le faltaba uno de los certificados, y que por ese motivo no podían finalmente contratarlo. Su expediente aún así estaba en condiciones de ser examinado por un comité y existía la posibilidad de que fuese aprobado por ellos, pero este proceso podría tomar varias semanas y no era seguro de que fuese a recibir al final la aprobación. Por este motivo habían decidido dejarle fuera del proceso de selección, pues necesitaban a alguien urgentemente para el puesto. Cuando mi marido colgó el teléfono, estaba completamente abatido”

Cuando los muros de lo imposible se levantan ante ti, tu corazón puede atormentarse y abatirse, como el del marido de Nicole. Lo que importa aquí es hacia quién te vuelves en ese preciso momento.

Tania prosigue: “Recordé el texto que decía “Una oración va a cambiarlo todo”, por lo que oramos. Por la tarde, mi marido recibió otra llamada. El jefe acababa de decidir contratarlo inmediatamente y darle el tiempo necesario para obtener el certificado que le faltaba. ¡Fue un milagro! Es exactamente lo que necesitábamos y el Señor lo hizo. ¡Que Su Nombre sea alabado!”

¡Dios oyó sus oraciones y respondió! Los planes de Dios están por encima de los de los hombres. Su voluntad es superior y prevalece siempre. Cuando te parece que Sus promesas tardan o que Su plan no se cumple, vuélvete a Él con un corazón sincero e invoca Su nombre. ¡Él te contestará y liberará!

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3)

¡Sé bendecido en el Nombre de Jesús!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?