¿Qué significa realmente deleitarse en Dios?

 

El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia

Pastor Asociada Mireya San


¿Te deleitas en Dios?

¿Qué significa realmente deleitarse en Dios?

Deleitarse en Dios es más que creer en Él. Es entregarle el corazón, disfrutar Su presencia y escoger Su voluntad por encima de la nuestra. La Biblia declara:

“Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.” (Salmos 37:4)

Y puedes amar a Dios porque Él te amó primero (1 Juan 4:19).

Desde el principio, Adán y Eva vivían en un lugar de deleite: el Huerto de Edén. Dios les había provisto todo lo que necesitaban, nada les faltaba (Génesis 2:8).

Pero un día, Eva dejó de deleitarse en Dios… y escuchó otra voz.

Cuando el deleite se apaga

Eva oyó a la serpiente (Génesis 3:1). Permitió que el engaño llenara su corazón y el deleite por Dios comenzó a apagarse. Donde antes había amor, ahora comenzó a haber temor (Génesis 3:8-13).

El resultado fue inevitable:

  • Ya no escuchaban la voz de Dios con confianza

  • No reconocieron su error

  • Adán culpó a Eva

  • Eva culpó a la serpiente

Así sucede hoy también: cuando el corazón se enfría, dejamos de deleitarnos en Dios y comenzamos a buscar culpables en lugar de buscar arrepentimiento.

Pero la solución nunca es culpar: la solución es reconocer el error y arrepentirse.

No dudes de Dios

La Escritura afirma:

“Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.” (Romanos 3:4)

Dios nunca engaña. Dios nunca falla.
El hombre se aparta porque decide seguir su propio camino, creyendo que es correcto (Proverbios 16:9).

Pero si permites que Dios dirija tus pasos, Él los enderezará.

Jesús advirtió que llegaría un tiempo donde el amor se enfriaría por causa de la maldad (Mateo 24:12). Ese tiempo ya llegó. Muchos han cambiado el deleite por Dios… por deleite en el mundo.

¿Un pie en Dios y otro en el diablo?

Muchos hoy quieren vivir en dos mundos:

  • Un pie en Dios

  • Un pie en el diablo

Pero ¿qué se gana viviendo así?
La tibieza no es deleite; es autoengaño. Cristo viene ya, y Él busca corazones definidos.

Eva pensó que podía seguir en el Huerto —el lugar del deleite— manteniendo un espíritu de desobediencia.
Pero Dios no lo permitió.
Los sacó del Huerto (Génesis 3:23), los expulsó (Génesis 3:24).
¿Por qué?
Porque no podemos engañar a Dios (Gálatas 6:7).


Dios pide un corazón puro

Para deleitarse en Dios, el corazón debe estar limpio y las manos puras (Salmos 24:4).
Dios no quiere adoración de mala gana, obediencia a medias ni sacrificios que no salen del corazón.

Antes de actuar, debes preguntarle:

“Señor, ¿cómo quieres que haga las cosas?” (Lucas 22:9)

Siempre hacemos lo que creemos conveniente, pero eso no es deleite.
El deleite consiste en hacer lo que Dios quiere, no lo que nosotros preferimos.

Cristo viene ya

Cristo viene ya.
El tiempo para volver al deleite, al amor, a la entrega completa, es ahora.

“Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo.” (2 Timoteo 2:7)


👉 Hoy es el día para volver a deleitarte en Dios, rendir tu corazón, dejar la tibieza y buscar Su voluntad con sinceridad. Él está dispuesto a restaurar lo que se apagó y encender nuevamente el amor en tu vida.









¿Te deleitas en Dios?

¿Te entregas de corazón a Dios? (Salmos 37:4). Ama a Dios porque primero te amó a ti (1 Juan 4:19). Adán y Eva vivían en el deleite en el Huerto (Génesis 2:8). Dios puso todo para que nada les faltara, hasta el día en que Eva dejó de deleitarse en Dios y oyó a la serpiente (Génesis 3:1).

Ella permitió que se apagara el deleite por Dios, y se llenó de palabras de engaño; ya no había amor y ahora había temor, y esto es aflicción (Génesis 3:8-13). No reconocieron su error y Adán culpó a Eva, y ella a la serpiente.

Cuando buscas culpables, no vas a resolver tu problema y no vas a deleitarte en Dios. Es reconocer el error y arrepentirse; esa es la solución. No dudes de Dios. Él es verdadero y el hombre mentiroso (Romanos 3:4).

El hombre se aparta de Dios porque escoge el camino que él mismo hace y cree que es correcto (Proverbios 16:9). Permite que Dios enderece sus pasos. “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mateo 24:12).

La relación del hombre con Dios se ha enfriado; han dejado lo bueno = Dios, y se inclinaron al mal = diablo. Quieren llevar un pie en Dios y el otro en el diablo. ¿Qué buscas con vivir así? Cristo viene ya.

Eva pensó que iba a permanecer en el deleite = Huerto, con ese espíritu de desobediencia. Dios no lo permitió; los sacó del Huerto (Génesis 3:23). No podían seguir engañando a Dios (Gálatas 6:7). Los echó (Génesis 3:24). Los expulsó.

Dios quiere un corazón puro y manos limpias (Salmos 24:4). No te equivoques, Dios no quiere lo que tú preparas para Él de mala gana. Debes preguntarle cómo quiere que hagas las cosas (Lucas 22:9).

Siempre pensamos que hacemos lo que nos conviene, pero eso no es deleite.

Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo (2 Timoteo 2:7).

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