Regresa

El Que Tiene Oídos Para Oír, Oiga lo Que el Espíritu Santo Dice a la Iglesia.


Te ha crecido la cabeza de tanto conocimiento, pero el cuerpo no se ha desarrollado porque no vives actuado mi Palabra. Tienes una idea equivocada de lo que Yo quiero. No percibes, porque todo lo quieres sentir y no es por sentimientos. 


Es por Fe 2 Corintios 5:7. No puedes creer, porque te estorba lo que tú quieres sentir. Nadie puede ver sin antes oír para ubicar tu mirada y acercar tu corazón a quien te lo pide. Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos, Proverbios 23:26. 

Todo tu ser, espíritu alma y cuerpo se tienen que desarrollar 1 Tesalonicenses 5:23. Desarrolla salud divina. Envió su Palabra y nos sanó y nos libró de la ruina Salmos 107:20. Así mismo es como se debe salir en el día del Rapto de la Iglesia. Cada palabra que Dios dice es para que sea oída Hebreos 1:1-2. 

Esta es la manera cómo Dios nos habla, por eso debemos oír para que podamos creer. El hijo pródigo no escuchó a su padre y se fue, se llenó la cabeza de conocimiento. Pensó que con fortuna iba a saber vivir. La herencia le hizo daño y lo llevó a lugares peligrosos, tenía una idea equivocada. Vivir fuera de casa no es bueno, es un error. El hijo pródigo se dio cuenta y recapacitó y dijo a su corazón "voy a volver a casa de mi padre". Se alejó, pero la solución fue el Regreso. Se levantó y llegó a casa, con su padre, Primeramente, a Dios y luego a su padre y le dijo, "Padre he pecado contra el cielo y contra ti". 


Un corazón arrepentido regresa a Dios.

Es tiempo de tu regreso, da a Dios lo que un día dijiste que era de Él y con el paso del tiempo se te olvido que tu corazón era de Dios. ¿Dónde estás? El hijo pródigo vivía lejos de su padre.

Regresa a lo que es de Dios. Cristo viene.
El padre del hijo pródigo todos los días lo esperaba y un día cuando lo vio que venía salió a su encuentro y lo recibió. Lucas 15:11-24. Si alejaste tu corazón de Dios, regresalo. 

Presta atención y Dios te dé entendimiento en todo. 2 Timoteo 2:7.
Por Pastor Asociada: Mireya San.  

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