MEDITANDO EN LOS FRUTOS DEL ESPIRITU.

 


A través de la Palabra podemos identificar una y otra vez la insistencia de Dios, como un buen consejo, el renovar nuestra mente día a día, recordando sus promesas, las cuales ya fueron pagadas por un alto precio de sangre. A lo largo de la Biblia podemos encontrar muchas de estas promesas, pero debemos tomar muy en cuenta que estas mismas se adquieren por fe y como ya sabemos, la fe viene por el oír y el constante oír de la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Así que, meditando las escrituras conoceremos más de cerca que tiene el Señor preparado para nosotros y al mismo tiempo, nuestra fe se estará estimulando.

En esta ocasión estaremos haciendo énfasis en la gran promesa que nos dio en Gálatas 5:22. Mas el fruto del espíritu es Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe, Mansedumbre y Templanza. Es muy importante recordar que cada uno de estos frutos están sujetos a nuestra relación con Dios ya que conforme nos conectamos con El, dejamos que las bendiciones se manifiesten al caminar en fe. Para ello es necesario orar en el espíritu, confesar la Palabra de Dios, meditar las escrituras, fluir en alabanza y adoración, etc.


Iniciando con el Amor; vayamos a Romanos 5:5, donde Dios nos dice que su amor ha sido derramado en nuestros corazones. Esto significa que tenemos la capacidad para amar, así como Él lo hace. Podemos amar a todo ser creado por Él, en especial a los que son de la fe, aunque en la carne hayamos tenido diferencias o algún desacuerdo con ellos. Esto se trata de una decisión propia y personal donde se depende de Dios para llevar la relación o interacción. Sabemos que Dios nos creó como seres únicos, más no todos vemos la vida de la misma manera ni todos nos hemos desarrollado en el mismo ambiente; pero si tenemos el mismo objetivo. Caminar juntos en una misma visión, trabajando y esforzándonos en asuntos espirituales. Por otro lado, es necesario recordar que es casi obligatoria la interacción con personas del mundo y aunque sea mínima, a veces se presentan situaciones críticas y debemos tenerles paciencia, como dice la Palabra en 2 Corintios 4:4, satanás ha cegado el entendimiento del incrédulo para que no les resplandezca la luz del Evangelio, así que seamos luz para aquellos que andan en tinieblas y demostremosles el amor y la bendición que es estar en el reino de Dios, presentemos nuestra mejor actitud y si es posible, démosle a conocer que hay esperanza para todos.


En Nehemías 8:10, hallamos el consejo de Dios; no estén tristes, el gozo del Señor es nuestra Fortaleza. Sabemos que en ocasiones se presentan situaciones adversas en nuestras vidas que pudieran ser una oportunidad para desanimarnos y caer, sin embargo, la biblia nos recuerda en 1 Corintios 16:13, que estamos firmes y permanezcamos en la fe, y en 1 Tesalonicenses 4:13 que no nos entristezcamos como los que no tienen esperanza. Para esto, como mencionamos en un principio, es muy necesario recurrir a las escrituras y apropiarnos del escudo de protección que representa la Palabra en nuestras vidas, fluyendo en Su sabiduría y tomando la mejor decisión para salir de circunstancias. Al fijar nuestra mirada en las promesas de Dios, Él convertirá todas nuestras tristezas en alegrías y convertirá nuestros lamentos en baile (danzas de agradecimiento) Salmos 30:11 y Jeremías 31:13 


Otro agradable fruto de nuestro espíritu es la Paz, esa tranquilidad con la que es posible vivir en esta tierra. Sabemos que para el hombre hacer lo correcto delante de los demás generalmente le trae buenos resultados, aun así, estamos en un mundo caído donde situaciones ajenas pudieran venir. Por tal motivo, es muy recomendable estar preparados con la palabra para darle batalla o contrarrestar los percances. Una valiosa promesa la encontramos en Isaias 26:3, Tu guardas en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. También en Filipenses 4:6, Por nada estén afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y súplica. Y la Paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.


Continuando con el fruto de Paciencia, podemos identificarla como la capacidad que tiene una persona para esperar tranquilamente por algo sin alterarse y teniendo una buena actitud. Enfocada la paciencia a la Palabra, sería la habilidad desarrollada por decisión de una persona para mantenerse en la palabra de Dios creyendo que lo que espera le será hecho y teniendo un comportamiento de fe, actuando como si ya hubiera los resultados esperados. En las escrituras hallamos como Dios nos exhorta a caminar en amor y ser pacientes y bondadosos, a no tener envidias ni comportamientos de rudezas, a no ser egoístas, no guardar rencor y no enojarnos fácilmente, 1 Corintios 13:4-5.

  De igual manera, conocemos la Palabra Benignidad, que es la capacidad de hacer lo bueno, y se refleja en personas que expresan un buen comportamiento de benevolencia hacia otros, no importando la posición de los demás. Asimismo, la Palabra de Dios nos insta en Efesios 4:32, Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios nos ha perdonado en Cristo Jesús. Aunado a la Palabra benignidad, tenemos el fruto de Bondad, muy parecidas en su significado, esta famosa y conocida palabra en el mundo, representa el hacer el bien a través de nuestras acciones. Qué mejor que como hijos de Dios, pongamos el ejemplo haciendo el bien a los demás a pesar de las oposiciones.

          Por otra parte, conocemos la significativa y poderosa palabra que es la Fe, esta promesa de Dios nos abre las mejores puertas para obtener las maravillas creadas por nuestro Señor como por ejemplo la oportunidad de hacernos hijos del Todopoderoso, de obtener la manifestación de nuestra sanidad, la provisión de nuestras necesidades físicas, económicas y emocionales, etc. Existen bastantes versículos que respaldan este pacto. Como principal ejemplo tenemos en Hebreos 11:1, Fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Además, en 2 Corintios 5:7, hace énfasis en caminar por Fe y no por vista, poniendo nuestra mirada en que opinión tiene Dios ante la circunstancia, plan o adversidad que estamos presentando.


          Como siguiente fruto tenemos la Mansedumbre que significa ser una persona dócil de carácter tranquilo y no actuar como una persona problemática, agrandando los desacuerdos y creando división en su alrededor, de ser posible, se debe ser una persona mansa; ayudando a encontrar una solución, en lugar de hacerse parte del problema. En Santiago 3:13, Nuestro Señor hace una pregunta; ¿quién es sabio y entendido entre nosotros? El que muestra por su Buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. También en Sofonías 2:3 dice que es necesario buscar ser mansos. Recordando la perspectiva inicial de este escrito vemos que, meditando la Palabra, nuestra fe es estimulada y por consiguiente este tipo de buenas actitudes nacen solas desde nuestro corazón que es nuestro espíritu, y hacemos solo un pequeño esfuerzo de obediencia para hacer como Dios nos manda.

Por último, pero no menos importante, tenemos el fruto de Templanza, el cual significa tener la virtud de mantener la calma en situaciones de estrés. Como lo puede ser en ocasiones de inseguridad, temor, desesperación, etc. En la biblia encontramos que tener templanza es medir nuestro apetito y no caminar en los sentidos, dejando de lado la carne y sujetándose a las razones de Dios. En 2 Timoteo 1:7, Dios nos muestra que nos ha dado un espíritu de dominio propio Y en Proverbios 18:21, nos aclara la importancia de nuestras Palabras, en las cuales representan ya sea Vida o muerte.

En resumen, podemos concluir que Dios nos ha ofrecido un manjar de bendiciones, pero para disfrutar de ellas es necesario conocerlas y estar en un ambiente o sintonía correcta y en estrecha comunicación para no poner nuestra mirada en las asechanzas del adversario, pero como dice en Gálatas 6:9, no nos cansemos pues de hacer el bien, porque a su debido tiempo, cosecharemos si no desmayamos.

Por: Maricela Maldonado.

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