DIOS TE HIZO EN LA LIBRE EXPRESION DE SU ARTE

 

ESTA SOY YO

DIOS ME HIZO EN LA LIBRE EXPRESIÓN DE SU ARTE

2 Corintios 5.15-18

¿Quién soy?

Todas sabemos y reconocemos que salimos de nuestros padres (papá y mamá). Una concepción natural creada por la unión de un hombre y una mujer en el acto sexual. Pero hoy vamos a ver e ir más allá.

Qué dice la Palabra al respecto.

Dios nos formó en el vientre de nuestra madre (Salmos 139.13-16; Jeremías 1.5)

Dios nos creó, nos formó y nos dió capacidades naturales para cumplir con el propósito suyo (Génesis 1.26-28)

Con la caída del ser humano y la entrada del pecado todo aquel plan se distorsionó. Aún así ya Dios tenía la solución a ese problema y a través de la muerte y resurrección de Jesús el plan original vuelve a estar efectivo (Juan 19.30; Gálatas 3.13-14; Colosenses 2.11-12)

CONSUMADO ES- Todo está cumplido, todo a terminado.

Cuando aceptamos a Cristo Jesús como nuestro Salvador y Señor, nos arrepentimos de nuestros pecados y abrimos nuestro corazón para que el Espíritu Santo habite en nosotras, allí se produce un cambio.

Todo aquello que Dios puso en nosotras vuelve a renacer.

Ahora tenemos una nueva identidad en Cristo Jesús, somos nuevas criaturas (2 Corintios 5.17).

Muchas se preguntarán , ¿Cómo dices nueva criatura pero a la misma vez dices que renacemos?

Bueno, es fácil de contestar pero para muchas puede ser difícil de asimilar.

Para nosotras es algo nuevo pues en nuestro cuerpo físico nos había sido desconocido, más sin embargo, para Dios es regresarnos a lo que ya éramos antes de todo.


Tenemos identidad espiritual a la semejanza de Dios en Jesús.

Nos toca comenzar a identificar que hay en nosotras algo que no se asemeja a nuestra nueva vida (Gálatas 5.16-25). Nuestra identidad define el propósito que debemos alcanzar y el éxito en nuestras vidas.

La realidad visual no es la identidad que nos define, ni determina lo que somos. Por medio de Jesús es que aprendemos a caminar en nuestro verdadero yo. (Mateo 11.29)

Solo podemos alcanzar nuestro verdadero potencial con la semejanza de Dios, siendo una con Jesús. Dios con nosotros y nosotras con él. (1 Juan 5.1ª; 4.13)

Como hijas de Dios nuestra felicidad y estabilidad no se basa en las cosas externas que nos reportan un disfrute efímero y momentáneo.

Mi paz os dejo (Juan 14.27)

En Jesús hemos cambiado, ahora el temor, la preocupación, inseguridad, tristeza, odio, rencor y duda ya no tienen porqué formar parte de nuestra vida (Romanos 7.6). En cambio por medio del nuevo nacimiento hay amor,  confianza, fe, seguridad, gozo, perdón, paz, paciencia (Gálatas 5.19-25).

El amor echa fuera todo temor (1 Juan 4.18).

Una vez reconocemos nuestra verdadera identidad, debemos identificar nuestro propósito.

Dios nos bendijo con un propósito y ese propósito lleva a cabo ser una expansión del Reino de Dios aquí en la tierra. Para ello nos dotó de talentos naturales y una vez en Jesús a esos talentos naturales se les añadieron los talentos espirituales y los dones (Génesis 1.28)

Nuestro objetivo debe ser llevar esos talentos y dones a su mayor potencial, ser multiplicados, llevarlos a ejecución.

Para todo esto tenemos nuestro fiel compañero y ayudador que se llama Espíritu Santo (Juan 16.13).

Pero, ¿Cómo lograr tal objetivo?

Solo hay una manera de poder alcanzar tan importante objetivo y es transformando nuestra manera de pensar y de ver las cosas (2 Corintios 10.5).

Todas tenemos talentos y dones a desarrollar (Mateo 25.14-15; 1 Corintios 12.7-11).

Dios nos hizo Completas y Bendecidas.

En nosotras está todo el potencial para llevar a cabo el plan perfecto de Dios. Jesús no solo vino a darnos Salvación (redención, sanidad, libertad, restauración, prosperidad), sino que además vino a enseñarnos nuestra identidad y como vivir en ella (Romanos 8.1-2).

¿Estás dispuesta a conocerte y vivir la mayor experiencia de tu nueva vida?

Recuerda

DIOS TE HIZO EN LA LIBRE EXPRESIÓN DE SU ARTE


 

 

 

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