¿Lo que recuerdas te hace bien?

 

🕊️ El que tiene oídos para oír, 
oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia

Pastor Asociada Mireya San

¿Lo que recuerdas te hace bien?
Cuando el pasado se vuelve una carga

Todos guardamos recuerdos. Algunos traen gozo y esperanza, pero otros se convierten en cadenas invisibles que nos impiden avanzar. Quizás almacenaste información del pasado que todavía te duele: experiencias que marcaron tu alma o imágenes que dejaron una herida profunda. Sin darte cuenta, esos recuerdos se convirtieron en un peso que te hace más lent@ para salir del dolor.

El enemigo sabe cómo usar el pasado para mantenerte atad@. Te repite una y otra vez escenas de derrota, palabras que lastimaron, momentos que te hicieron caer. Pero… ¿qué puedes sacar de la derrota? Nada bueno saldrá de quedarte ahí.

Por eso la Escritura te aconseja:

“Guarda tu corazón, porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23)

Cuidar el corazón es cuidar tu fuente de vida. Si permites que la tristeza, el enojo o la amargura se instalen en él, poco a poco todo se contamina. Te levantas cansad@, sin ilusión, sin alegría.

La alegría también sana

Detente un momento y pregúntate: ¿cuándo fue la última vez que reíste con verdadera alegría? No una risa superficial, sino esa que brota del alma. La Biblia dice:

“El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.” (Proverbios 15:13)

La tristeza se nota. El desánimo tiene reflejo en los ojos, en la voz, en la postura. Pero cuando hay gozo en el corazón, se nota también: el rostro se ilumina, la voz se llena de vida.

Lo que decides recordar

David también tenía recuerdos, pero eligió enfocarse en los que fortalecían su fe. Cuando enfrentó a Goliat, no se dejó dominar por el miedo ni por el tamaño del gigante. Recordó sus victorias pasadas:

“Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso viene y se lleva alguna oveja, yo los persigo, los mato y le quito del hocico la oveja.” (1 Samuel 17:33-35)

David usó su memoria como arma espiritual. Recordó la fidelidad de Dios en sus batallas anteriores, y eso le dio la confianza para vencer al gigante (1 Samuel 17:45-50). Sus recuerdos eran combustible de fe, no cadenas de derrota.

Cuando la mentira gobierna la memoria

Jacob, en cambio, fue víctima de una mentira. Sus hijos le mostraron la túnica de José y dijeron:

“La túnica de mi hijo es; alguna bestia lo devoró. José ha sido despedazado.” (Génesis 37:33)

Y Jacob creyó sin cuestionar. Se aferró a esa versión dolorosa, y su alma se hundió en una tristeza profunda. La Biblia dice que no quiso ser consolado y declaró:

“Así estaré hasta el día que muera.” (Génesis 37:34-35)

Durante años vivió bajo el peso de un engaño, llorando una pérdida que no era real. Su vida se nubló, no porque José estuviera muerto, sino porque Jacob decidió creer en la mentira.

¿Cuántas veces tú también has vivido bajo una mentira del enemigo? Quizás te dijo que ya no hay esperanza, que no vales nada, que no cambiarás, que Dios no te escucha… y lo creíste. Pero esas palabras no vienen del cielo, vienen del padre de mentira (Juan 8:44).

Cuando la verdad llega, el alma revive

Un día, Jacob escuchó la verdad:

“José vive aún, y él es señor en toda la tierra de Egipto.” (Génesis 45:26)

Y cuando oyó aquellas palabras, su espíritu revivió (Génesis 45:27).
Lo que la tristeza había apagado, la verdad lo encendió de nuevo.

Así también quiere hacer Dios contigo. Él quiere reavivar lo que el dolor adormeció, restaurar lo que el engaño quebró, y llenar de gozo lo que el enemigo intentó destruir.

Cristo viene ya

No sigas recordando lo que te ata. No vivas más en duelo por algo que Dios ya resolvió. No creas las mentiras del diablo: cree en la verdad que Dios ha dicho de ti.

Él te llama a vivir libre, con un corazón guardado, una mente renovada y una fe despierta.

Cristo viene ya. Presta atención, y que Dios te dé entendimiento en todo (2 Timoteo 2:7).

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👉 Suelta los recuerdos que duelen y guarda los que fortalecen tu fe. Hoy es el día para revivir, para llenar tu corazón de esperanza y dejar que Dios escriba un nuevo capítulo en tu historia.

El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia. (27/Oct/25)
¿Lo que recuerdas te hace bien?

Almacenaste información del pasado que te hace más lento para salir del dolor: experiencias que marcaron o imágenes que traumatizaron tu vida. ¿Qué pretendes sacar de la derrota? Nada bueno saldrá. El diablo quiere mantenerte en derrota, trayendo a tu memoria esos recuerdos.

Guarda tu corazón, porque de él mana la vida (Proverbios 4:23). Vigila tu forma de vivir. Te levantas enojado y triste… eso no es bueno. ¿Cuándo fue la última vez que te reíste con alegría? El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate (Proverbios 15:13). La tristeza y la alegría se reflejan en la cara.

David recordaba cosas buenas y decía: “Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso viene y se lleva alguna oveja, yo los persigo, los mato y le quito del hocico la oveja” (1 Samuel 17:33-35). Con ese recuerdo enfrentó a Goliat y lo venció (1 Samuel 17:45-50).

Jacob recordaba días malos y dijo: “La túnica de mi hijo es; alguna bestia lo devoró. José ha sido despedazado” (Génesis 37:33). Esto era una mentira dicha por sus hijos (Génesis 37:31-32). Jacob creyó la mentira, no quiso ser consolado y se sumió en tristeza (depresión). Dijo: “Así estaré hasta el día que muera” (Génesis 37:34-35).

Por una mentira puede que estés de luto y llorando. No sigas así. Jacob un día descubrió que no era verdad lo que sus hijos le dijeron. Se encontró con su hijo, al que creía muerto (Génesis 45:13). Y le dieron las nuevas, diciendo: “José vive aún, y él es señor en toda la tierra de Egipto”. Cuando oyó Jacob, su espíritu revivió (Génesis 45:26-27).

No creas en las mentiras del diablo (Juan 8:44). Revive, levanta tu corazón y cree lo que Dios ha preparado para ti. Cristo viene ya. Presta atención, y que Dios te dé entendimiento en todo (2 Timoteo 2:7).