¿Tienes piojos?

El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia

Pastor Asociada Mireya San 

¿Tienes piojos en la mente?

Los piojos son pequeños insectos que se alimentan de sangre humana. Anidan en la cabeza, se reproducen rápidamente y se contagian con facilidad a través del contacto cercano. No hacen ruido, pero causan irritación constante, incomodidad y vergüenza.

De la misma manera, los malos pensamientos anidan en la mente. Llegan sin avisar, se alimentan de palabras dañinas, y se transmiten de persona a persona por medio de la murmuración y el hablar mal. Así como los piojos, estos pensamientos no distinguen entre el bien y el mal: solo hacen daño.

Pensamientos que contaminan

Los malos pensamientos se fortalecen cuando giran alrededor de otras personas: sus errores, sus caídas, sus fallas. No edifican, no sanan, no restauran. Solo contaminan.

La Biblia advierte:

“La lengua es un fuego, un mundo de maldad.” (Santiago 3:6)

Así como los piojos saltan de cabeza en cabeza, los pensamientos contaminados brincan de mente en mente cuando se comparten conversaciones dañinas. Esto crea relaciones basadas en la suciedad espiritual y no en la verdad.

Cuando la paz se pierde

Los malos pensamientos producen pleitos, discusiones y contiendas. Donde hay murmuración, la paz desaparece.
Pero la Palabra nos recuerda algo poderoso:

“El castigo de nuestra paz fue sobre Él.” (Isaías 53:5)

Jesús pagó el precio para que vivamos en paz, no en irritación constante. Una persona “infestada” de pensamientos dañinos vive inquieta, irritada, con mal carácter. Se rasca espiritualmente todo el tiempo, nunca descansa, nunca está satisfecha.

Irritación, amargura y corazón endurecido

Una mente irritada fácilmente cae en amargura. Todo se vuelve contienda. Nada satisface.
La Escritura muestra que las plagas vienen cuando el corazón se endurece y se resiste al cambio (Éxodo 7:16-19).

Dios no quiere una mente endurecida ni contaminada. Él desea que todo tu ser —espíritu, alma y cuerpo— sea una ofrenda agradable (1 Tesalonicenses 5:23).

Sin embargo, la mente ha sido descuidada. Muchos no protegen su pensamiento y lo exponen a cualquier conversación, a cualquier influencia, a cualquier persona.

Las malas conversaciones contagian

La Palabra es clara:

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” (1 Corintios 15:33)

Permitir que malas pláticas aniden en tu mente es permitir que los piojos espirituales se multipliquen.
Cristo viene ya, y no podemos darnos el lujo de vivir con una mente contaminada.

Lava tu mente con la Palabra

Cuando alguien tiene piojos, necesita lavarse con un tratamiento fuerte. De la misma manera, la mente necesita ser lavada con algo poderoso: la Palabra de Dios.

“Lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.” (2 Corintios 10:5)

No juegues con los malos pensamientos. No los justifiques. No los retengas. Porque tarde o temprano te traicionarán.
Así como un piojo no puede vivir mucho tiempo sin alimento, un pensamiento malo muere cuando deja de ser alimentado.

Cristo viene ya

Cristo viene ya.
Es tiempo de limpiar la mente, cerrar la puerta a la murmuración y permitir que la verdad de Dios gobierne tus pensamientos.

“Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo.” (2 Timoteo 2:7)

👉 Hoy es el día para lavar tu mente con la Palabra, rechazar los pensamientos que no vienen de Dios y vivir en la paz que Cristo ya ganó para ti. No permitas que los piojos espirituales sigan habitando en tu mente.


















 El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia (29/Dic/25)

¿Tienes piojos? Pequeños insectos que se alimentan de sangre humana, anidan en la cabeza de las personas y se contagian fácilmente de una persona a otra a través del contacto cercano y del intercambio de ropa. Así los malos pensamientos anidan en la mente de la gente, contagiando a las personas cercanas al murmurar y hablar mal.

Así como los piojos, los pensamientos se alimentan hablando de personas; no distinguen el bien y el mal y solo hacen daño. No busques enredar tu mente con más ideas que salen del mismo infierno (Santiago 3:6). Muchos, como los piojos, se intercambian de cabeza a cabeza entre personas para traer una relación de suciedad.

Los malos pensamientos van a traer pleitos entre personas; esto hace que esté ausente la paz y la tranquilidad. El castigo de tu paz fue sobre Él (Isaías 53:5). Los piojos en la cabeza de la gente que los tiene no permiten paz; se rascan y se rascan por la comezón y están irritados.

Una persona irritada tiene mal carácter y con facilidad cae en estado de amargura, porque todo es contienda. Los piojos y las plagas que vienen al hombre son por un corazón endurecido, y esto es cuando se resisten a un cambio (Éxodo 7:16-19).

Dios quiere que todo tu ser, espíritu, alma y cuerpo, sea una ofrenda grata (1 Tesalonicenses 5:23). Se ha descuidado mucho la mente, como las personas que no cuidan su cabeza y la ponen cerca de una persona con piojos; brincan ideas de un pensamiento a otro, costumbre que no es buena.

No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1 Corintios 15:33). No dejes que malas pláticas aniden en tu cabeza. Cristo viene ya.

Las personas que anidan piojos se lavan con jabón para bañar perros. Lava tu mente con el agua de la Palabra de Dios. Lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:5).

No sigas jugando con los piojos = malos pensamientos, porque te van a traicionar; así que no los retengas más, déjalos que mueran. Un piojo muere en tres días.

Presta atención, y Dios te dé entendimiento en todo (2 Timoteo 2:7).

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