Quiero ser como Tu,
porque él quiere ser como yo.
En los últimos años, la figura paterna ha fracasado rotundamente. ¿Por qué debe ser así? ¿Quién dice que no hay padres ejemplares? La figura del padre, en muchas ocasiones, se ha visto perjudicada por la manera en que muchos han respondido a sus deberes familiares. Un padre no es solo quien provee económicamente, porque cualquiera puede dar una cantidad de dinero al mes. Un verdadero padre es aquel que se prepara para ser una persona ejemplar, que ama y que siempre estará ahí incondicionalmente. Lo queramos o no, nuestras acciones y decisiones del presente pueden determinar nuestro futuro, y más aún, el futuro de nuestros hijos.
¿Verdaderamente valoramos el regalo de Dios?
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte” (Salmos 127:3).
Ser padre demanda esforzarnos el doble, porque no solo debemos ser mejores como hijos de Dios, sino porque hay alguien más que nos está observando e imitando todo lo que hacemos.
El mejor ejemplo de cómo debe ser un padre es el que Dios nos da. Él nos enseña a perseverar en la crianza de los hijos. Dios jamás se da por vencido. Siempre que un hijo se aleja, Él va en su búsqueda y nunca lo pierde de su dulce mirada. Dios siempre tiene las palabras correctas para corregirnos y para consolarnos. Está preparado para cualquier situación y cualquier conversación.
Él es el único que nos puede enseñar cómo ser un verdadero padre.
Si eres padre, aprende del mejor.
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