ACELERACIÓN DIVINA



La mejor actitud es la gratitud. Cuando estamos agradecidos a Dios por todo lo que nos ha dado, nuestra vida se convierte en una fuente de bendición para los demás.

En ocasiones la vida se vuelve complicada, y puede incluso llegar a ser difícil de sobrellevar. ¡Pero Dios no ha terminado de obrar en nuestras vidas! Sus bondades se renuevan cada mañana, y cuando Le damos gracias por ello, creamos una atmósfera de bendición en nosotros y alrededor nuestro. ¡Nos hace bien, y nuestro entorno también se beneficia de ello!

Tengo una buena noticia para ti: ¡La gratitud es algo que se aprende! El apóstol Pablo decía: “he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11).

Piensa en Pablo y Silas: en medio de la noche, en el fondo de la celda más profunda de la cárcel y después de haber recibido muchos golpes, cantaban alabanzas a Dios. ¡Dios transformó su gratitud en un terremoto que rompió sus cadenas! Qué bendición tan extraordinaria. Tal fue así que el guardián y su familia decidieron bautizarse aquella misma noche (Hechos 16:22-23).

La segunda clave por tanto, para vivir la aceleración divina es manifestar una actitud de gratitud en todo tiempo. La gratitud convierte nuestra vida en una fuente de bendición. Y esta bendición que empieza en ti se extiende también a los demás.

Te propongo hacer un ejercicio desde hoy: Empieza a ser agradecido(a) por las cosas que tienes, incluso por las que te parecen más pequeñas. Esta noche, anótalas en tu cuaderno de agradecimiento (no solo cosas fisicas), para así poder irte a la cama con el corazón lleno de gratitud. Y mañana haz lo mismo. Eso te ayuda a vivir cada día como si fuese un nuevo milagro de parte de Dios.

¡Deseo que tengas un bendecido día!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?