¡APROVECHA BIEN EL TIEMPO!

 


Quizá seas de esas personas emprendedoras como yo que aman pensar, crear, y que quisieran lanzarse cada día en más y más proyectos nuevos. Si eres así, seguramente tendrás muchas dificultades para encontrar tiempo libre para sencillamente parar y ponerte a pensar.

Creo que la mayoría de nuestras mejores ideas nos llegan en momentos en los que no hacemos nada más que estar en una actitud de espera, lejos de las distracciones. Esto puede parecer una pérdida de tiempo, no es así: esos momentos son, en realidad, un elemento esencial para el desarrollo de una creatividad sana. Yo lo hago regularmente, y me sirve de mucho.

¿Has visto alguna vez alguno de esos programas de televisión en los que los participantes están en una isla desierta, lejos de cualquier distracción moderna posible? Después de algunos días, algunos de los concursantes expresan su deseo de querer restaurar relaciones familiares que estaban rotas desde hace tiempo. Otros toman la decisión de dejar tras ellos un trabajo que les ahogaba para lanzarse en un proyecto personal más satisfactorio. En medio de esa experiencia, cada candidato se reencuentra, en un momento dado, consigo mismo.

¡Tú también puedes tomar tiempo para ti mismo, sin que sea necesario irte a una isla desierta con un kilo de arroz para tres meses y una cantimplora vacía! =) Tienes cada día la oportunidad de apartar tiempo para no hacer nada más que encontrarte cara a cara contigo mismo, y sobre todo con Dios.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8).

Querido hermano. Esto pasa igualmente cuando meditamos en Su Palabra: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar ano, ¿y si a partir de hoy empiezas a tomarte unos diez minutos al día para solamente escuchar a Dios? Deja las distracciones a un lado. Puedes hacerlo sobre tu cama, en tu escritorio o en la ducha, no importa. Sencillamente enfoca tu corazón en Dios, y deja que las ideas vayan a ti. Dios sabrá utilizar este tiempo en el cual no estás atrapado(a) por mil distracciones para hablarte y mostrarte cosas. ¡Él tiene grandes cosas que decirte!

¿Y si tomases esos diez minutos ahora mismo?

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