¡HAS SIDO LLAMADA(O) POR DIOS!


 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).

“Son llamados”

El Señor me llamó cuando era un joven sin experiencia a través de este pasaje de la Biblia:

“Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones” (Isaías 42:6).

Un poco más adelante, mientras dudaba de si realmente el Señor me había llamado, Él me recordó este otro versículo: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29).

¡El llamado divino en mi vida y en la tuya es irrevocable! ¡Sí, Dios te ha llamado! Te ha llamado a la salvación, al arrepentimiento, a Su amor, a Su vida, al destino que ha preparado para ti, a la Eternidad… ¡Él te ha llamado a formar parte de la familia de Dios! Y cada día te llama para que te acerques más a Él.

Terminamos este estudio sobre Romanos 8:28, pues, con estas dos promesas de la Biblia, para que medites en ellas y las tomes de parte de Dios para tu vida:

  • “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre” (Isaías 45:3).
  • “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:1-2).

Hay un llamado divino sobre tu vida! Dios te ha puesto nombre, te conoce y te llama a servirle. Ha puesto dones en ti, te ha dado talentos, y te llama a desarrollarlos para Su gloria.

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1 Pedro 2:9-10).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?