FORMANDO NIÑOS PARTE 2

Formando Niños
Patrón verbal y la cinta métrica 
Parte 2

Discurso santo o satánico, la responsabilidad de los padres 


En esta lección no tratamos de destacar errores, sino la importancia de lo que hablamos, el motivo del corazón, que podemos cambiar para bien y ser ejemplo de nuestros hijos. El enfoque no es ocultar sino debilitar, atrofiar y dejar de usar palabras no provechosas. 

Siendo aun mas francos hablamos mezclando bendiciones con maldiciones, también hay quienes se esfuerzan en  hablar bien “bendecir”  hablar conforme a la Palabra de Dios; en el reino de Dios no hay mezclas, ahí se habla bien, este es el patrón verbal  de nuestro Seño Jesúsen cierta ocasión exclamo: porque no entienden mi leguaje” ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra Juan 8:43, vemos también al Apóstol Pablo, puedo testificar el esfuerzo  de nuestros  pastores y algunos servidores locales para mantener un “buen” discurso, que esta soportado en la palabra de Dios, así todos tenemos garantía de vida. 


Todo lo que se ve, la creación completa es resultado de Palabras de Dios, lo que nosotros vivimos como humanidad sea bueno o malo, nos guste o no fue precedido de palabras nuestras de actuar en ellas, así como vivimos en  nuestras familias, ciudades o países.  

Realmente no importa lo que digamos buscando justificarnos de el por qué dijimos tal o cual cosa, el asunto es simple  la vez complejo, simple en que las palabras que salen por la boca están en el corazón y complejo porque es mucho para renovar, reemplazar dichas palabras se requiere mucho esfuerzo constante como dice el libro de romanos la fe viene por el constante oírAsí que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios Romanos 10:17 y la renovación de nuestro entendimiento, No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta Romanos 12:2; y ello requiere esfuerzo con constancia de nuestra parte. 

 Así que alguien podría justificarse y decir en tal situación dije eso porque… pero la verdad es que si somos observadores todos conservamos un patrón verbal que domina el curso de  nuestras vidas naturales, La carta de Santiago dice algo así He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo Santiago 3:3 con palabras; y no es de extrañarse que podamos discernir un mal patrón verbal tanto en ministros, en predicadores, pastores, en políticos y entre hermanos en la fe, de ahí ciertas frases que decimos como: “fulano siempre habla de lo mismo, aunque se trate de otra cosa saca el tema”, “siempre habla de eso”, “ya empezó”, etcétera. 

Nuestra habla se va enriqueciendo según el medio predominante de la persona viva, de quienese rodee y que es lo que practique; no vemos a una persona durante años y lo mas seguro es que nos fijemos en su peso, sus canas, y en aspectos externos, es poco común que le digamos: antes no hablabas así, has mejorado o que mal hablado eres ahora, ello es porque no somos conscientes del impacto de las palabras y que ese discurso nos puede afectar completamente para bien o para mal, la vida y la muerte están en poder de la lenguaLa muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos Proverbios 18:21, el hombre será saciado del producto de sus labiosEl hombre será saciado de bien del fruto de su boca; y le será pagado según la obra de sus manos Proverbios 12:14. Si una persona habla de bien lo oímos, si no habla de bien no lo oímos, es nuestra decisión. ¿Qué nos oyen nuestros hijos?, ¿nos conocen diferente en la casa que en la congregación?, ¿a solas que en publico?. 
Dicho lo anterior los padres tenemos obligación espiritual por amor, porque el amor nos constriñe (nos obliga en amor), estamos obligados a depurar nuestra alma de palabras vanas, dañinas; hasta debilitarlas y eso lo logramos entre mas nos congregamos, nos juntemos con personas que hablen bien, no chismosos, no ociosos, no maledicentes, no quejándonos. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis 1 Corintios 5:11 

Si con esto no consideramos “medir correctamente, seguiremos midiendo las mismas “unidades” (palabras) como aquella cinta métrica, entonces de muy poco o nada serviría comprender la existencia de patrones verbales. Como mencionamos hay personas a las que recordamos tan solo por las cosas que hablan “el pesimista”, “la chismosa”, “el político”, “la quejumbrosa”, el criticón”, pero también el “discípulo”, el “hermano”, “el perseverante terco en la fe” etc.   
Hay personas y no pocas que jamás hablan Palabra de Dios, no hay Palabra en esa cinta métrica, no es extraño si no han recibido  o no reciben buenas palabras, lo extraño es que en algunos hijos de Dios tampoco hay Palabra y tampoco reciben.  
  
La intención de este artículo  es moldear nuestro hablar con las mismas ideas, con el mismo lenguaje, con el mismo sentido, con el mismo corazón, con el mismo Espíritu de la Palabra de Dios, decir lo que Dios dice. Parafrasear al Señor Jesús no es cosa fácil si no hemos nacido de nuevo y andamos en la carne. La verdadera intención es la importancia de mantener de forma constante un discurso “conforme” a la Palabra de Dios y no precisamente repitiendo textos; por otra parte también ejercitar la imaginación y con ello forzarnos a entender que su Palabra lo es todo para nosotros, por ejemplo si imaginamos a la lengua como la cinta métrica, cuantas veces salga de nuestra boca mostrara los mismo una y otra vez, que mejor conforme a la Verdad. Solo así el ejemplo para nuestros hijos tiene buen efecto. 
Como ya se dijo lo lograremos congregándonos, esforzándonos a hablar Palabra de Dios, meditando su palabra, juntándonos con personas que hablen palabra de Dios, leyendo la Biblia, buenos libros, involucrándonos constantemente en asuntos de nuestra comunidad de creyentes, orando y orando en el espíritu.   

Debemos hablar continuamente los fundamentos de la fe que nos enseñan nuestros pastores por ejemplo: “fe está basada en la palabra de Dios”, “Jesús y su palabra son uno”“el reino de Dios es como una semilla”, “operamos con la ley del amor”, “siembra, tiempo y cosecha”, todo está en la obra terminada de Cristo”,  no lo hagas en tus fuerzas”. “nunca seas causa de división, se parte de la solución no del problema”, con estas ideas el Espíritu Santo nos remite a la Palabra y entonces hablamos mejor. Si los fundamentos están en nuestros discursos, ellos mismos nos irán corrigiendo, dando forma “conforme”. De hecho nuestros pastores y las buenas ayudas siempre nos remiten a la Palabra, todo es Palabra, nosotros debemos  hacer lo mismo con nuestros hijos. 
En resumen el punto básico es reemplazar las palabras nuestras por la Palabra de Dios, renovando nuestro entendimiento, y renovaos en el espíritu de vuestra mente Efesios 4:23 y No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta Romanos 12:2repito nuevamente ¿Cómo?: hablando bien. 
En los blogs anteriores se hablo de tareas que deberían  hacer los niños, ahora los papales se invierten, somos nosotros los que debemos purgar, limpiar, depurar, renovar nuestra alma con la Palabra y empezar a practicar un lenguaje correcto, constructivo, libre, de gozo, de paz y de fe. 

Empezando por las palabras, la responsabilidad de los padres. 

Dr. Juan Alberto Serrano Castillo. 

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