CUATRO PREGUNTAS QUE TE DEBES HACER.

EL QUE TIENE OÍDOS PARA OÍR,
OIGA LO QUE EL ESPÍRITU SANTO DICE A LA IGLESIA.



Aunque pasen los días y no veas una solución, ante lo que sucede en el mundo no te aflijas. No dejes que tu corazón se llene de angustia, es tiempo que te hagas estas preguntas ¿Qué voy hacer?  ¿Dónde pienso ir? ¿A dónde voy a dirigir mis pasos? ¿En quién voy a creer? Gente se a quedado paralizada y no sabe que respuesta darse ante estas preguntas.



La Palabra de Dios nos habla de dos hombres que iban caminando rumbo a su aldea, ellos habían pasado por días difíciles. Estos iban tristes y desanimados por lo que había acontecido con un hombre llamado Jesús. Ellos habían creído que era quien los iba a librar de todo sufrimiento. Ellos habían visto como su esperanza se había ido, al ver que le habían dado muerte. Venían estos dos hombres preguntándose ¿Qué vamos hacer? ¿A dónde vamos ir? ¿A dónde dirigimos nuestros pasos?  ¿En quién vamos a creer? Son preguntas que vienen a la mente, cuando se esta pasando por momentos que causan  temor, ese temor se va hacer miedo y el miedo es pánico, es terror y el terror en manipulación. Por eso se debe reaccionar y saber a quién acudir. 
Estos hombres iban sin saber lo que seguía para ellos. Dice la Palabra de Dios que Jesús se les acercó y empezó a caminar con ellos, hasta que llegaron a la casa. Pero ellos ni cuneta se daban que era Jesús con quien hablaban de la tristeza que tenían. Cuando hay miedo no te das cuenta que hay álguien que se llama Jesús, El hijo de Dios que te esta diciendo "no dejes que tu corazón se llene de angustia". Cuando llegaron estos hombres a su casa le dijeron a Jesús quédate con nosotros ya es tarde, el día ya esta obscuro. El tiempo se a puesto difícil quédate con nosotros dijeron estos hombres. Jesús entro con ellos a casa y se sentó a la mesa, tomo pan y partiendolo les dio. Jesús al tomar el pan lo bendijo; Y les dio pan bendecido.Y al momento que estuvo el pan en sus manos lo reconocieron que era quien había venido a liberarlos de todo sufrimiento. El pan que ellos recibieron era el pan vivo que desendio del cielo para sanar, proteger a los que reconocen a Jesús como estos dos hombres. Al momento que ellos dijeron quédate con nosotros, se dieron la oportunidad de que viniera a ellos la respuesta a la pregunta ¿Qué vamos hacer? ¿A dónde vamos a ir? ¿A dónde dirigimos nuestros pasos?  ¿En quién vamos a creer? Al recibir vieron claramente lo que iban hacer. Sus ojos se abrieron y se decían los dos, nuestro corazón estaba endurecido cuando nos hablaba por el camino y nos explicaba las escrituras, pero ahora nuestros ojos se abrieron, ahora entendemos en menos de una hora estaban de regreso a Jerusalen y fueron a los discípulos a contarles como Jesús se les había aparecido mientras iban por el camino y como lo habían reconocido cuando partió el pan, y mientras ellos platicaban Jesús se puso en medio de ellos y les dijo. La paz sea con ustedes. En tiempos difíciles Dios dice la paz sea con ustedes. El miedo hace que el corazón se llene de duda. Ahora mismo tu corazón puede estar lleno de duda; y no sabes que hacer ante lo que esta pasando en el mundo. Ven a Cristo es el camino a seguir para que tengas paz. Es un regalo de Dios que puedes tener paz en la mente y en  el corazón. Estos hombres de los que te hable hoy, recibieron el regalo que les dejó Jesús en su mente y corazón. Ahora podían salir adelante de todo lo que vivieron, ya no eran los mismos hombres que venían por el camino tristes, preocupados, ahora tenían un camino seguro para continuar.

La paz de Dios es un regalo que el mundo no puede dar así que no te angusties, ni tengas miedo. Solo ven a Cristo y recibe la paz es un regalo para ti de parte de Dios. Cuando estos hombres vieron este regalo, hubo en ellos un cambio que los llevó a no esperar que les podía pasar, ahora con Jesús estaban seguros. Tu con Jesús vas a estar seguro(a) que ninguna plaga te toca, solo ven a Él. Es habitando bajo su sombra como estarás seguro(a). No dejes que tu corazón se llene de angustia. Ven a Cristo y confiesa en voz alta "fuera miedo de mi mente, creo en Cristo que me liberó de la peste y la epidemia", si crees hablalo.

Pastor Asociada Mireya San 


Citas mencionadas; Juan 14:1, Lucas 24:-13-36, Juan 6:51, Juan 14:27, Salmo 91:1-10 y Oseas 1:14.



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