NO DEJES QUE LA IRA SE INSTALE EN TU VIDA


 El enojo es una emoción humana que Dios no condena. El Señor entiende que esto pueda pasar. ¡Eres un ser humano, no un superhéroe! En sí mismo, enfadarse no es pecado. El Señor mismo en ocasiones se enfurece (Romanos 1:18, Jeremías 10:10).

La Biblia, sin embargo, te anima a no mantenerla: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26)

El Señor te anima por su palabra a no dejar  que este sentimiento, esta emoción, se instale en tu vida. Un enfado continuamente alimentado puede convertirse en rencor, en amargura y en falta de perdón. Se vuelve peligroso para tu alma.

Aquí tienes un consejo: cuando sientas que la ira crece en ti por momentos, pon inmediatamente la situación en las manos de Dios. Pídele que ponga su mano en tu corazón y que te ayude a atravesar ese momento de enfado lo antes posible a fin que no te dure todo el día.

Puedes tomar autoridad sobre tus emociones diciendo "Reuso que mi enfado me controle, Dios me dio dominio propio (2 Timoteo 1:7 , cambio mi actitud en este momento en el nombre de Jesús, recibo la Paz de Dios y camino en amor!"

¡Dios te bendice!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?