CUANDO MI BOCA ME METE EN PROBLEMAS


Cuando mi boca me mete en problemas.


Oro frecuentemente el Salmo 121:3 porque sé que cada día necesito ayuda con mi boca. Quiero que el Espíritu Santo me de convicción cuando estoy hablando demasiado, cuando estoy diciendo cosas que no debería, cuando estoy hablando negativamente. Cuando me estoy quejando, cuando estoy sonando severa o cuando me he enredado en cualquier otra clase de "charlas indebidas".

Toda cosa que ofenda a Dios en nuestra conversación, debe ser eliminada. Es por esto que necesitamos orar continuamente: "Señor, ponme en la boca un centinela; un guarda a la puerta de mis labios".

Otra escritura de sobre la importancia de vigilar lo que decimos es el Salmo 17:3: "¡No pasarán por mis labios palabras como las de otra gente". Esto dice que es necesario proponerse guardar nuestras bocas de hablar cosas malas o negativas. Nos resolvemos a no hablarlas. Cualquier cosa que hablemos en esta vida de fe, debemos hacerla a propósito. Elegimos disciplinarnos. Eso no es necesariamente fácil, pero comienza con una decisión seria. Durante los tiempos difíciles, cuando la tormenta esta rugiendo, necesitamos proponernos guardar nuestras bocas de las transgresiones.

Una tercera escritura de oro regularmente sobre el tema es el Salmo 19:14: "Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, Roca mía y Redentor mio".

¿Esta teniendo dificultades con su boca? Ore la Palabra. La Palabra de Dios es la que trae el poder del Espíritu Santo. Deje que estas escrituras sea el grito de su corazón; sea sincero en su deseo de ganar la victoria en esta área. Y mientras busca a Dios para que lo ayude, comience a darse cuenta de que esta cambiando. Esto es lo que el Señor ha hecho por mi, y puede hacerlo por usted también; él no hace diferencia entre las personas (vea Hechos 10:34). Todos los que siguen las directrices ordenadas por Dios, obtienen resultados ordenados por Dios.


Haga esta oración comprometiéndose a ejercer control sobre su boca: "Señor oro que me ayudes a desarrollar sensibilidad al Espíritu Santo en todo lo concerniente a mi manera de hablar. No quiero ser obstinado como un caballo o una mula que no obedece ni un poquito sin una brida. Quiero moverme en tu dirección cuando me des un suave golpesito. Pon un guardia sobre mis labios y permite que todas mis palabras sen aceptables a tus ojos. Oh Señor. Mi Fortaleza y Redentor. En el nombre de Jesús, amén."

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?