SER LENTO PARA ENOJARSE


SER LENTO PARA ENOJARSE.

Eclesiastés 7:9, en términos de la versión Reina Valera 1960, nos exhorta: "No te dejes llevar por el enojo que solo abriga el corazón del necio." El No apresurarse en el espíritu a enojarse me habla de 
autocontrol.

No podremos llegar a ser creyentes victoriosos, vencedores, si no aprendamos a ejercitar el dominio propio manejando nuestras emociones, especialmente la emoción del enojo.
Eclesiastés 7:9 es solo uno de los muchos versículos bíblicos que tratan el tema del enojo. Por ejemplo, Proverbios 13:7 dice "El iracundo comete locuras, pero el prudente sabe aguantar." En Proverbios 16:32, leemos que "Mas vale ser prudente que valiente." Proverbios sigue tratando sobre el enojo al afirmar que:"El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa" (Proverbios 19:11). Y en Santiago 1:19-10 leemos: "Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere."


Observe en Santiago 1:19-20 que "la ira humana no produce" la rectitud; parte de la rectitud, o la recta manera de ser como Dios quiere que seamos, es realizar nuestro potencial y no podemos hacerlo a menos que aprendamos a refrenar nuestro enojo.
Todos queremos mas de lo que tenemos en varias áreas de nuestras vidas, pero para lograrlo debemos operar dentro de los limites del autocontrol. Si de veras queremos crecer espiritualmente, debemos mantener nuestra pasiones bajo control. Eso no significa que tengamos que ser perfectos o que nunca cometamos errores. Aunque el Espíritu Santo nos da poder para controlar nuestras emociones, algunas veces podemos perder la paciencia pero tan pronto como lo hemos echo, debemos confesarlo y arrepentirnos.

Una vida disciplinada, autocontrolada, no sólo requiere tiempo, determinación y arduo trabajo; también exige negarse a si mismo, pero la recompensa vale el esfuerzo que demanda.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Testimonio: Estaba segura de que Él me iba a sacar en victoria

Testimonio: Jesucristo Nuestro Gran Sanador Dr. Miguel Maldonado.

¿Escudriñas tu Vestidura?