El llamado de Dios para tu vida tiene múltiples niveles. Hay uno que es el de la visión que Él ha puesto en tu corazón, ese que tiene que ver con propósitos muy concretos que Dios tiene para tu vida, y que requieren tiempo y madurez para manifestarse en tu vida. 

Sin embargo, hay otros llamados en tu vida que son más comunes a todos los cristianos, y en los cuales ya puedes caminar ahora mismo. Por ejemplo:

  • Jesús te llama a ser “la luz del mundo” (Mateo 5:14). De hecho, ¡te dice que ya eres la luz del mundo!
  • El Señor te llama a “amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39), a compartir con los demás el amor que Él ha puesto en ti
  • Dios nos llama a “estar siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16), a regocijarte en Él a pesar de las circunstancias
  • Y el más importante es que fuimos llamados a vivir por Fe (2 Corintios5:7) y caminar en el espíritu (2 Timoteo 1:7)

Estas son actitudes que puedes cultivar ahora mismo, sea cual sea tu condición espiritual. Dios te llama a manifestar en tu realidad presente este tipo de frutos, porque todos ellos son parte de tu nueva naturaleza en Cristo, y son clave para forjar en ti el carácter que tu llamado requiere. 

En mi experiencia, te puedo decir que la fidelidad en estos llamados diarios constituye el 80% de lo que necesitas para alcanzar ese otro tipo de llamados más grandes o específicos que Dios tiene para tu vida. Aprender a amar a la gente de manera sincera, no contestar de mala manera, ser capaz de confiar en Dios en cualquier circunstancia, … son cosas que forjan nuestro carácter, y que se graban en nosotros a través de la experiencia. 

Esfuérzate a ser fiel en los llamados diarios que Dios te da. Eso producirá en ti un crecimiento exponencial, como el de la imagen que acompaña a este mensaje: al principio la curva parece que no crece mucho, pero poco a poco empieza a crecer a gran velocidad. Tu fidelidad propulsará poco a poco tu vida hacia el llamado y los planes que Dios tiene para ti. 

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